Uno de los principales rasgos de la evolución humana, y quizá el primero que marca el inicio de la trayectoria que conduce hacia nuestra especie, fue la postura erguida en las extremidades traseras.
Se estima que esta postura surgió para caminar de manera más eficaz en las sabanas africanas, pudiendo correr con mayor velocidad. Además, al moverse era posible mantener la vista por encima de los pastizales que predominaban en la región, y que podían esconder depredadores.
De esta manera, los simios que se paraban en dos patas sobrevivían a los que caminaban todavía en cuatro. Como consecuencia, este rasgo se fue imponiendo, modificando la conformación del cuerpo para que el cráneo esté firmemente ubicado al tope de la columna.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario